Los
resultados de la cumbre presidencial del Grupo de Río
realizada en Georgetown (Guyana) una semana atrás,
confirmaron la crisis de los mecanismos diplomáticos
latinoamericanos, al comprobarse su limitada capacidad para
atender la actual dinámica política regional.
Pero la presencia de los mandatarios de las dos economías
más importantes de la región (México y Brasil), así como la
de Chile, dejaron ver que en Georgetown, al margen de la
Cumbre, se habrían sentado las bases para una alianza
continental de amplias perspectivas.
¿El fin del G-Río?
EL G-Río, nacido como una experiencia novedosa en los años
ochenta orientada hacia un esquema de concertación política,
mantuvo hasta ahora la tradición de sus reuniones anuales,
pero mostrando crecientes debilidades a la hora de
mantenerse como un foro activo ante los altos niveles de
actividad política en Latinoamérica.
La reunión de Georgetown fue la número diecinueve y estuvo
presidida por el Presidente guyanés Bharrat Jagdeo, quien
durante el último año actuó como Secretario pro témpore del
Grupo. Como parte del ritual previsto, Jagdeo transfirió a
su colega Leonel Fernández de República Dominicana, la
responsabilidad de la conducción del mecanismo, mientras
México se ofreció para servir de sede de la próxima reunión
presidencial en el lejano año de 2009.
Ya en el 2005 la cumbre del G-Río fue suspendida, afectada
por el llamado “cumbrismo”, es decir, la proliferación de
eventos presidenciales multilaterales a nivel
Iberoamericano, Suramericano y del Mercosur.
La declaración del grupo fue una lista de temas genéricos y
específicos, desde el calentamiento global hasta la pobreza
y las reformas de la ONU, lo cual da sustento a quienes
consideran que el G-Río no es un foro actualizado. Brasil,
México y Chile se comprometieron a fortalecerlo y en los
próximos meses sus cancillerías estrían trabajando en ese
sentido.
La Argentina dicotómica
Aparte de la declaración general, el G-Río consideró dos
temas conflictivos sobre los cuales se pronunciaron los
presentes.
El presidente argentino se abstuvo de asistir al evento y
envió a su canciller Jorge Taiana, quien llegó con dos
mandatos. El primero de ellos era lograr un pronunciamiento
del G-Río a las aspiraciones argentinas sobre territorios
insulares en el Atlántico Sur. La Cumbre, emitió una
declaración en la cual recordaron el interés regional en que
Argentina y el Reino Unido reanuden negociaciones par
encontrar “una solución justa, pacífica y definitiva de la
disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del
Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos
circundantes”.
El segundo mandato del canciller Taiana fue transmitir a los
presentes, y básicamente a México, una imagen de amplitud
política en contraste con los públicos lazos que el
presidente Néstor Kirchner está mostrando con su aliado Hugo
Chávez (ver recuadro). Taiana habría convencido a los
presentes sobre la disposición argentina para acompañar a
México, Chile y Brasil en un programa continental de libre
comercio y defensa de la democracia. Esta impresión llevó a
que analistas políticos mexicanos comenzaran a referirse al
nacimiento del ABC+M, en relación a un entronque estratégico
entre Argentina, Brasil, Chile y México.
El tema caliente de Haiti.
La presencia de un cuerpo de paz de las Naciones Unidas en
Haití, denominada “Misión de Estabilización” (MINUSTAH),
formada básicamente (aunque no exclusivamente) por tropas de
nueve países latinoamericanos, bajo el comando de un general
brasileño, es un tema crítico en la política regional
actual.
Tanto Venezuela como Cuba han rechazado la Minustah. A nivel
continental las organizaciones de izquierda denuncian la
Minutah como una operación imperialista y califican de
matanzas las operaciones de control. El cumplimiento de la
misión de los cascos azules de la ONU en Haití, los ha
obligado a enfrentarse con organizaciones armadas
enquistadas en barriadas de las poblaciones alrededor de
Puerto Príncipe. Operaciones típicamente policiales han
derivado en acciones militares con las complicaciones que
ello representa. La más reciente de ellas fue ejecutada el
09 de febrero pasado con la participación de 700 efectivos
militares que procuraban ganar control de una barriada en
Cité Soleil.
El G-Río aprobó una resolución apoyando la presencia de la
ONU en Haití.
Chávez no fue
Pese a la cercanía geográfica y al reconocido gusto por esta
clase de actividades, el presidente venezolano no asistió a
la cita en Guyana. Sus funcionarios dejaron saber
inicialmente que se trataba de problemas de salud. Su
canciller luego lo excusaría alegando complicaciones en la
agenda. Tratándose de un evento cuya fecha estaba marcada
con meses de anticipación, la decisión de Hugo Chávez de no
hacerse presente en Georgetown fue interpretada como
consecuencia de una complicada situación interna en materia
económica y política que el presidente decidió atender
personalmente. Además, Chávez andaba esos días atareado
armando un periplo a manera de gira anti-Bush, en el cual
involucró al argentino Néstor Kirchner para la organización
de un mitin en Buenos Aires, así como a Rafael Correa y al
boliviano Evo Morales.
Aún ausente, Chávez y su activismo político regional, fueron
objeto de las conversaciones entre los mandatarios presentes
en Georgetown. El tema de la integración desde la
perspectiva de los económico en contraste con las tesis de
Caracas que dan prioridad a lo político, habrían sido
evaluadas en varias de la reuniones multilaterales y
bilaterales que rodearon la Cumbre. La diplomacia venezolana
presente se movió para obtener una declaración de apoyo a la
realización en Caracas de una cumbre energética suramericana
el próximo mes de abril. Venezuela junto a Brasil colocaron
sobre la mesa el tema del ingreso de Cuba a los mecanismos
regionales, incluyendo el G-Río, sobre lo cual se debatió
sin que llegaran a un acuerdo. El G-Río en términos
operativos sirve de poco, pero un eventual ingreso de Cuba
al mecanismo sería una victoria política para el régimen de
ese país que anda en procura de nuevos escenarios de
actuación internacional.
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Artículo publicado originalmente en el semanario ZETA |