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90 minutos, para convencer o para impresionar
por Luis DE LION

viernes, 1 octubre 2004


Cualquiera que sean las impresiones finales de éste primer debate presidencial entre Kerry y Bush; del mismo sobresalen dos frases: “colosal error de juicio” calificativo que utilizó Kerry para criticar la invasión de Irak y “El mundo es hoy mucho más seguro sin Saddam Hussein” frase que utilizó Bush para justificar su política en Irak. A través de esas dos frases se resume un debate centrado en la política exterior norteamericana, así como su propia seguridad interior. Una política exterior enfocada exclusivamente en el tema iraquí, pero desde una visión interior, de donde sobresalen comentarios comunes en torno a: “nuestros soldados…”, “nuestro dinero…”, “nuestra seguridad, en nuestros puertos marítimos…”

 

A lo largo de dicho debate vimos a un Kerry mucho más presidenciable en la forma, pero sin ir al fondo en la explicación de su proyecto de política exterior. Del otro lado Bush apareció a la defensiva, pero sin cometer errores, fiel a su capacidad de síntesis a través de frases cortas, claras y directas.

 

En fin y si bien, se debatió ampliamente sobre la política exterior que el gobierno norteamericano está llevando adelante en Irak, ninguno de los candidatos le dedicó mayores frases, ni a la naciente democracia iraquí, ni a la seguridad dentro del propio Irak; en éste punto, Kerry particularmente ignoró y se mostró indiferente en torno al primer ministro iraquí Iyad Allawi.

 

Previo al debate, los sondeos no le favorecían a Kerry y en consecuencia estaba obligado a golpear de primero y fuerte, a jugarse el todo, y así arrancó el debate el senador. Sin ambigüedad, Kerry reiteró que Bush se había descuidado en la captura de Ben Laden Bush envió 10 veces mas soldados en Irak, que en Afganistán donde se encontraba Ben Laden…”, así como también acusó al presidente de haber descuidado otras amenazas mas graves que el propio Saddam, es decir Corea del Norte e Irán.

¿Quiso decir Kerry, que bajo un hipotético gobierno suyo, se atacarían a estos dos países, miembros del llamado eje del mal?

Con dicho comentario, Kerry ponía en evidencia uno de los pocos puntos débiles que tuvo en toda la noche, del cual Bush no sacó provecho.

 

Al mismo tiempo y adoptando un tono reposado, dando la imagen de un dirigente que reflexiona, Bush insistió en establecer puentes directos, entre el 11 de septiembre e Irak. Atacó directamente a Kerry al señalar que éste: “no podría ser un buen comandante en jefe, dado que constantemente enviaba mensajes contradictorios en virtud de sus frecuentes cambios de opinión”.

 

Pero encontrarse con un Bush a la defensiva era una situación previsible, por cuanto al presidente le tocaba defender un balance de gobierno; mientras que Kerry tenía la ventaja – que no desaprovechó – de poder jugar con las palabras y con las promesas. Si bien Kerry dijo tener un plan de cuatro puntos, sin entrar en los detalles del mismo – aquí Bush tampoco se aprovechó -, Kerry se paseó por la idea que los Estados Unidos deberían reforzar y mejorar las relaciones con sus aliados; en éste momento Kerry mientras criticaba el unilateralismo de Bush, asumía el tono de un verdadero estadista.

 

En cuanto a las impresiones y las emociones que ambos candidatos pudieron haber transmitido a través de las imágenes televisivas, los expertos calificaran en su momento si fue positivo o negativo, que Kerry al hablar mirara solamente a Jim Lehrer el moderador del debate; o si fueron mas importantes las sensaciones que transmitiera Bush, quien primero miraba a Kerry, luego al moderador y finalizaba hablándole directamente a la cámara.

 

Visto desde afuera, y para quienes no votamos en las elecciones norteamericanas, podemos decir que apartando el tema iraquí, ambos candidatos estuvieron de acuerdo en que la proliferación de armas nucleares representa una amenaza de primer orden.

De su parte, Kerry fiel a su estilo afrancesado hizo referencia al general De Gaulle, buscando seducir a un público que no vota. Pero de parte de ambos, esa fue la única mención que en el debate se hizo de Europa. De igual forma no hubo un solo comentario respecto al conflicto entre Israel y Palestina.

 

Pero igualmente llama la atención como durante los 90 minutos de debate, no se hizo una sola alusión a América Latina; ¿olvido o indiferencia? respecto a los intereses del numeroso electorado hispano.

 

Así las cosas, para el electorado norteamericano, ésta serie de tres debates – que comenzó en Miami - al final constituirá una herramienta muy útil, para que en lugar de una simple impresión los votantes se construyan una convicción, de quien debe ser el próximo presidente de los Estados Unidos.               Imprima el artículo Subir Página