Parece
mentira, pero apagando un bombillo se puede encender un
hábito. Y si son millones los que se apagan, casi que
podría estar encendiéndose una nueva conciencia. Este
sábado 29 a las ocho de la noche gente de todo el planeta
apagara sus luces en la campana Earth Hour, una iniciativa
del WWF que el año pasado activo a 2 millones de
australianos para que durante una hora apagaran todos los
bombillos innecesarios y desconectaran todos los equipos
electrónicos que no estaban utilizando. El resultado fue
una disminución del 10% del consumo, el equivalente a
sacar de circulación a 46 mil vehículos durante esa hora.
El consumo eléctrico
contribuye al calentamiento global. Las plantas que usan
carbón o petróleo emiten gases de efecto invernadero y en
la medida que demandemos más energía, tendremos más
contaminación. La búsqueda de fuentes verdes de energía es
cada vez más dinámica, pero en la medida en que el uso del
recurso sea más razonable, el impacto sobre el ambiente
puede ser menor. Además, apagar las luces que no estamos
usando, o cambiar los bombillos, puede ahorrarnos dinero:
las nuevas tecnologías de bombillos compactos
fluorescentes ahorran hasta un 75% del consumo, y si bien
son más costosos, duran más. Como en muchos casos, asumir
hábitos más ecológicos puede resultar un buen negocio.
Earth Hour no es la única
iniciativa en este sentido. Ya se han apagado masivamente
bombillos en otros momentos, a veces con resultados
globales impactantes, En esta semana cuando hemos leído
del desprendimiento de masas de hielo en la Antártica, un
buen recordatorio de que el calentamiento no es una
invención mediática, la campana de WWF (EarthHour.org)
resulta una excelente oportunidad de activar el poder de
los individuos por una causa que nos interesa a todos. A
fin de cuentas, no solo los pingüinos son los dolientes de
esos hielos que se derriten.
Y claro que una hora no
cambiara al mundo, pero si puede cambiar nuestras
costumbres y hábitos de consumo. No significa que de un
día para otro hagamos un cambio radical, en realidad el
asunto es más progresivo. Por ejemplo, ahora además de ir
alrededor de la casa apagando las luces en los cuartos
vació, me he acostumbrado a apagar la computadora cuando
no la uso. ¿Una tontería? Imagina que diez millones de
personas hacen lo mismo.
ebravo@unionradio.com.ve