La
elección en Paraguay de un sacerdote católico como
presidente, y para colmo obispo, ha creado más que un
problema para el Derecho Canónigo.
El presbítero Fernando Lugo,
renunció al ministerio sacerdotal para dedicarse a la
política hace dos años, después de haber sido sacerdote por
30 y obispo por 12. Sin embargo su deseo de volver al estado
laico fue rechazado por el Vaticano, que lo suspendió a
divinis; es decir no puede realizar oficios religiosos ni
impartir los sacramentos. Sin embargo, sigue siendo obispo.
En Latinoamérica otros
sacerdotes han sido suspendidos a divinis por haber
incursionado en la política como es el caso de Ernesto
Cardenal y el otro cura que devino en presidente: Jean-Bertrand
Aristide.
Y aunque el Vaticano permite la
" dispensa" es decir, la vuelta al estado laico, en el caso
de los obispos es política vaticana no concederla, mas
cuando la petición se sustenta en asuntos políticos, pues la
iglesia quiere desincentivar que los curas se metan en ella.
En todo caso el Vaticano tendrá
que resolver el tema antes de que asuma el poder el
presidente-obispo electo del Paraguay. Esto es algo que al
parecer, nunca había sucedido. En este sentido, el portavoz
jefe del Vaticano, Federico Lombardi declaró a la prensa
italiana que "la situación personal de Monseñor Lugo será
examinada con calma" y que ésta situación deberá ser
estudiada por el Santo Padre. Por su parte, La Iglesia
Católica paraguaya espera instrucciones del papa Benedicto
XVI para iniciar contactos formales con el presidente
electo.
Seguramente, la Iglesia sopesará
mucho la posibilidad de tomar medidas más drásticas contra
Lugo, como una excomunión. Sería excomulgar a un Jefe de
Estado, de un país católico, que además viene de ganar unas
elecciones y tiene gran apoyo popular, por lo que la
suspensión, seguramente será mantenida. Lugo por su parte,
ha anunciado que considera retomar el obispado una vez
concluido su mandato.
Pero la Iglesia es el problema
menor que tendrá enfrentar este suspendido sacerdote
misionero, con estudios de teología y sociología, imbuido en
la teología de la liberación y conocido como el "obispo de
los pobres".
Si bien su gran hazaña fue
lograr sacar al Partido Colorado del poder, después de 61
años, incluyendo los 35 de la dictadura de Stroessner, lo
difícil viene ahora. Llega al poder en una alianza de
partidos variopintos, no controla el Congreso y tendrá que
definir su socialismo entre los modelos totalitarios o
democráticos de la región.
alfredomichelena@gmail.com